El crepúsculo de los dioses

Toma ya. ¿Cómo te quedas? Porque me dirás que el título no mola un cacho, vamos dílo, El crepúsculo de los dioses, ¿no se te llena la boca? El único "problemilla" que tiene la peli es que es de 1950...

No sabía cómo colarte la edad del film, barajaba el no decir nada a ver si lo averiguabas tú por las fotos,  contarlo al final...pero ¡qué puñetas!, vamos con la verdad por delante; eso sí, me hago cargo de que como blog tengo que competir con el tuenti, cinetube, y el porno, ¡ah! y una web en la que hablan de la creación del universo (para disimular el porno), y también comprendo  que hablar de una peli que tiene 61 añazos no ayuda a captar tu atención, pero si cansado (o cansada) de las distracciones antes comentadas, ahora mismo te entretienes buscando a los reyes magos en la red social del guiño, no pierdes nada echando un vistazo a El crepúsculo de los dioses (no me canso de decirlo).

Director: Billy Wilder

Guión: Charles Brackett, Billy Wilder, D. M. Marshman Jr.

Música: Franz Waxman

Reparto: William Holden, Gloria Swanson, Erich von Stronheim, Nancy Olson, Fred Clark, Jack Webb, Lloyd Gough, Cecil B. DeMille, Hedda Hopper, Buster Keaton

Productora: Paramount Pictures

Antes de empezar, una duda que me surge a mí así a bote pronto. Cecil B. DeMille es un tío, pero...¿Cecil no es nombre de chica? Vamos yo mucho de francés no sé, pero pensaba que eso era su equivalente a nuestro Cecilia. ¿O será Cecilio? Espero que no porque a mí eso me recuerda a cecina...Bueno, que me pierdo, vamos al lío.

A veces, viene bien echarle un vistazo a estas películas antiguas, ya que muchas de las actuales, beben en gran manera de ellas. Por poner un símil, si ya en su día hablamos de cómo la primera escena de Casino consistía en el prota saltando por los aires, aquí nos enseñan el cuerpo sin vida, en una piscina, de Joe, el prota.

Además, aunque luego hablaremos de la dirección, todos los entendidos de cine en blanco y negro, consideran a Billy Wilder un genio del celuloide, y una mente preclara de su tiempo. 

Todo ello generó una curiosidad en mí que me impulsó a ver El crepúsculo de los dioses, y no salí en absoluto decepcionado.

La peli narra la historia de Joe Gillis, un guionista de segunda, acosado por las deudas, que conoce a la gran actriz, en horas bajas, Norma Desmond, la cual vive únicamente, con su fiel mayordomo Max. Norma le pedirá a Joe que eche un vistazo a un guión que ella ha escrito y que supondrá el regreso de la estrella al cine (al menos, así lo cree); a cambio, Joe, se aprovechará de la gran fortuna de la actriz.

Lo que nos cuente una cinta de los 50, puede sonar a arcaico y anticuado, pero nada más alejado de la realidad en este caso. ¿Cuántas veces hemos visto en televisión, humillantes reapariciones de viejas glorias de la pequeña y la gran pantalla? ¿Cuántas veces hemos visto que grupos acabados han sacado nuevo disco, a pesar de que su momento hace tiempo que pasó? Pues de eso estamos hablando aquí, del negarse a admitir nuestro declive (reconozco que debe ser muy duro, ya solo el planteárselo).

Pues aquí ese planteamiento se nos muestra con toda su crudeza. Si un sentimiento te invade durante la visión del film, es la lástima; lástima por Norma, lástima por una mujer poseedora de un orgullo que solo se sostiene viviendo totalmente alejada de la realidad, creyéndose dueña de un tiempo que ya no le pertenece. 

Pero también gracias a Wilder, podemos ver un poco de la dinámica interna del cine; ese mundo desconocido para la mayoría, con mas sombras que luces y que normalmente suele quedar detrás de las pantallas.

No te voy a engañar, la peli es lentita, o al menos se hace algo pesada; pero que a nosotros, que vivimos acostumbrados a las explosiones y al erotismo (cinematográficamente hablando), solo nos parezca "lentita" es un logro de Wilder, que vivió en una epoca en la que el mayor efecto visual era el zoom.

Y no es el único tanto de Wilder, el dire, provoca los sentimientos que quiere y cuando quiere, sientes lástima por Norma, admiración por Max, y angustia por Joe, según le parece. Te va transportando, y si consigues superar el handicap del color, te descubres a ti mismo, poniéndote en la piel de cada personaje en su momento, sufriendo con ellos.

Pero eso sí, para mí la palma de la peli se la lleva el guión,el cual de hecho, se llevo el Óscar (aunque ya sabes que muy aficionado a las estatuillas no soy). Hacía tiempo que no veía unos soliloquios tan bien formados, y unos diálogos tan elaborados, me encanta cuando con su voz en off, Joe nos cuenta sus reflexiones acerca de la desdichada mujer, con frases tan jugonas como "era como una reina que saludaba a un desfile que ya había pasado", encuéntrame tú eso en Crepúsculo (a secas), por ejemplo.

Otro aspecto a comentar, como ya es costumbre, son las actuaciones, ahí vamos por partes.
Por un lado tenemos a William Holden, el prota, que hombre no está mal, pero a mí tampoco me llegó a calar, y podríamos decir que se encarga más la dirección que la interpretación de que el tipo te haga gracia (no humorísticamente hablando).
Sin embargo Gloria Swanson (Norma) sí se lo curra bastante, se mete en el papel de lleno, y aunque a veces sobreactúa un poco le queda bien, de hecho Gloria le roba la cartera a Holden y se hace con el protagonismo absoluto de la peli conforme esta va avanzando.
Y luego los secundarios molan bastante, quedándonos especialmente con von Stronheim (Max); ya sé que ese hombre mitad Don Limpio mitad Gravesen se pasa toda la película con cara de mala leche, pero bastan 3 minutos de guión para que se gane mi admiración, y, me caiga bien.

Eso sí, lo que no me moló,  es la música; entiendo que la calidad de los estudios de sonido en aquella época no era la de hoy, pero joe, cuando la estás escuchando notas un aire a rancio que no gusta, además ¿qué pasa? ¿en esa época no había un Hans Zimmer o un Ennio Morricone para salvar el culo?

En fin; a pesar de esta pequeña salvedad, podemos catalogar a El crepúsculo de los dioses (no podía terminar la entrada sin volver a nombrarla) en la sección de recomendables, con un guión muy sólido que nos hará rayarnos acerca de la vejez a pesar de que aún seamos unos querubines (al menos un servidor). Gracias por el rato dedicado y ¡hasta la semana que viene!