domingo, 24 de abril de 2011

Una noche en la ópera

Joe macho, no veas que semanita he pasado, se me han atragantado hasta las torrijas con eso de que la semana pasada no escribí nada. La gente me insultaba por la calle, recibía anónimos amenazantes, ¡hasta cartas bomba! "pa" que te voy a contar...
Pero es que entiéndeme, primero hice una visita fugaz a tierras anglosajonas, con lo que perdí el domingo pasado, aunque pensé: "no pasa nada, escribo dos entradas esta semana y listo"; pero claro llega el miércoles y el Real Madrid gana la Copa del Rey, ¡a ver quién era el listo que no iba a Cibeles a celebrarlo, tras 18 años sin conseguirla! y no me vengas con que es un título menor (como también debió haber pensado Ramos) porque tú habrías hecho lo mismo.
En fin, pidiendo disculpas por la interrupción, volvemos al lío esta semana con un clasiquete que merece mucho mucho la pena: Una noche en la ópera.

Director: Sam Wood
Guión: George S. Kaurman & Morrie Rysking
Música: Herbert Stothart
Reparto: Groucho Marx, Chico Marx, Harpo Marx, Margaret Dumont, Kitty Carlisle, Allan Jones, Sig Ruman, Walter Woolf King, Edward Keane
Productora: MGM
Curiosidad: Fue la primera ocasión en la que los Hnos. Marx fueron tres, faltando Zeppo.

Siempre que estamos en la mierda, nos gusta autocompadecernos, pensando que nadie ha estado igual de mal que nosotros, y que nos mereceríamos un premio por el chaparrón que estamos aguantando ¿verdad? Sin embargo cualquier desgracia que nos ocurra, a buen seguro ya le habrá sucedido a alguien con anterioridad. Con esta perolata quiero hacer referencia a la crisis actual, la cual está destruyendo millones de puestos de trabajo, encontrándose detrás millones de familias en una situación más que apurada.

Pero esta actual recesión tiene su precedente en el famoso crack del 29, donde el capitalismo se vio colapsado y una gran cantidad de personas se vieron arrojados incluso a la mendicidad, provocando una crisis de la que todos conocemos sus consecuencias.
En aquella época, un grupo de actores, quiso combatir la depresión internacional, con el mejor antídoto; la risa, haciendo que durante al menos un rato, nos olvidásemos de hipotecas, deudas y demás agobios, y dejándonos llevar por el humor. Y no es casualidad que genios de la comedia de la talla de El gordo y el flaco, Charlie Chaplin, o los Hermanos Marx, llegasen a su momento de máximo esplendor en esa época. A estos últimos  le vamos a dedicar la entrada de hoy.





Todo cuanto hay en usted me recuerda a usted. Excepto usted.

Con Una noche en la ópera, los hermanos Marx firman la que para muchos es, su mejor película, y no cabe la menor duda de que verla es una delicia para todos los sentidos, especialmente el común.
La historia nos cuenta las andanzas de Otis B. Driftwood, representante de la rica viuda Claypool, la cual quiere ejercer de mecenas en la nueva temporada de ópera en Nueva York. En el traslado de Milán a la gran manzana Rosa y Ricardo, dos cantantes de la función lucharán por su amor, con la ayuda de Tomasso y Fiorello, dos atontados de buen corazón.

Es muy tranquilizador, al menos hasta cierto punto, comprobar que hubo una época en la que hacer comedia no consistía en realizar parodias cutres de películas de éxito, o filmes en las que la gracia estribaba de gags sexuales de bastante mal gusto. Y no me malinterpretes, me pones Scary Movie o American Pie, y me lo paso como un enano, pero hombre, no hay color (en las películas a las que me refiero tampoco había). Tal vez, la única excepción que podríamos encontrar en la actualidad a este nuevo género humorístico, lo veamos en Woody Allen, pero...no es lo mismo que Groucho, pues Woody prodiga un humor mucho más sutil e inteligente, además que últimamente ir al cine a ver una del genio neoyorkino es arriesgado, pues lo mismo te da una de cal como una de arena.

Y es que la clave de esta familia eran dos: por un lado sus actuaciones, tan hilarantes como trabajadas; con un gesto o una cara ya te podían sacar una sonrisa, incluso sin saber de qué estaban hablando; y por otro lado el guión, el cual era tan absurdo que rozaba la perfección; sin encontrarle ningún sentido, te descubrías ante un "screenplay" currado de verdad. Una noche en la ópera aúna estas dos cualidades regalándonos una hora y media de continuas carcajadas. Bueno continuas no, le peli se toma un respiro para mostrarnos cómo Harpo y Chico no eran mancos en el tema de los instrumentos.

Pero el resto de la cinta es una sucesión de escenas que ya forman parte de la historia del celuloide, "la parte contratante de la primera parte...", el famoso camarote... todas se encuentran en los manuales para hacer una buena película de humor, sin caer en clichés ni tópicos, y con una ingente cantidad de frases ingeniosas que te harán coger papel y boli para recordarlas más tarde, ya que se convierten en inmortales. A título de ejemplo podemos citar:



-Policía: Soy el vigilante.

-Groucho: Pues vigile su peso porque está engordando.


En resumen, si queremos una peli absurda de humor que cambiando cuatro cosas nos ofrece lo mismo de siempre, tenemos títulos recientes para aburrir. Pero si queremos una cinta absurda, pero original a la par que genial, no solo Una noche en la ópera, sino cualquier creación de los Hnos. Marx son una gran elección. Gracias por el rato dedicado, y ¡hasta la semana que viene! (esta vez sí, promised).



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