domingo, 27 de marzo de 2011

American Beauty

Todavía recuerdo la polémica que suscitó este film, no solo en su estreno, sino cuando se alzó como gran vencedora en los Óscar de aquel año (1999). Desde sectores, más bien conservadores, se la acusaba de promover un erotismo gratuito y se censuraba en más de un país.
Tan de moda como estaba y, reconozcámoslo, atraído por esa categoría de película X que algunos la otorgaban, la vi siendo un querubín, y me pareció una chorrada como un piano de grande, y encima tampoco era algo exagerado, "lo que se mostraba".
Hace unos meses, decidí darle una segunda oportunidad, y no veas lo que me alegro de haberlo hecho.

Director: Sam Mendes
Guión: Alan Ball
Música: Thomas Newman
Reparto: Kevin Spacey, Annette Bening, Thora Birch, Allison Janney, Peter Gallagher, Mena Suvari, Chris Cooper, Scott Bakula
Productora: Dreamworks Pictures
Curiosidad: El título se refiere a un tipo de rosas.

Siempre nos han vendido la moto de que América mola un montón, que ahí hasta el más tonto hace botijos, y que cualquiera puede forrarse librando los domingos.
También se nos ha mostrado siempre la imagen de familia estadounidense: el padre, que con un trabajo de éxito se pasa el día en la oficina; la madre que, o bien es una estupenda ama de casa, o bien también triunfa en el ámbito laboral (aunque por debajo del padre claro); el hijo, as en los deportes (véase fútbol americano o beisbol); y la hija, que está buenísima de la muerte y es animadora del equipo del hermano.

Pues va Sam Mendes y manda a donde Cristo perdió el mechero todos los tópicos, y nos desnuda (qué verbo tan apropiado) la verdad estadounidense.

Lester Burnham es un cuarentón muerto por dentro. Su trabajo es un asco (y encima pende de un hilo), su mujer le considera un fracasado y su hija le odia. Los días pasan sin ninguna motivación, hasta que Lester conoce a la amiga de su hija, Angela, una voluptuosa chica que desencadenará en el padre de familia una revolución sin límites.

¿Cuántas veces hemos querido romper los grilletes que se nos imponen, y para variar, hacer lo que nosotros queremos, y ser felices? Más de una y más de dos, ¿verdad? (sobre todo en época de exámenes), pues eso es lo que hace nuestro amigo Lester, y precisamente por ello, la sociedad va a por él y lo ataca sin ningún pudor, por decir las cosas claras, y hacer lo que quiere.

En American beauty se nos muestra la falsedad de la sociedad (en este caso la americana), donde todo son medias verdades; y decir "a", pensando "b" está a la orden del día. Bajo una capa de seguridad y arrogancia todos escondemos miedos y complejos, pero claro, al débil siempre se le ataca, por lo que es mejor aparentar que mostrar.

A ver, a ver, que te estás empalmando mucho con esta peli; yo la he visto, y me ha parecido un poco chorra. Si ese has sido tú, reconozco que aparecen cosas que se salen de lo normal, como el curioso vecino de nuestra familia, o lo "guarra" es es Angela, la amiga que aquí vemos en la bañera (bueno, esto último...en fin, seguimos). Pero es que en American Beauty no te tienes que centrar en lo que Mendes nos muestra, sino en lo que nos quiere enseñar, y ahí radica la belleza de este film, en el trasfondo.

Y es que Spielberg, que andaba detrás del proyecto, le dejó bien clarito a Mendes que no debía ni cambiar ni una coma del guión, porque es simplemente increíble. No te encontrarás grandes frases que van derechitas al Tuenti o al extinto Messenger, sino que más bien te invita a reflexionar acerca de la tormenta que se desencadena dentro de cada persona.
Que esa es otra. Esta peli la podrías ver centrándote cada visionado en un rol y no te aburrirías, todos están muy bien construidos y son realmente profundos, sufriendo una evolución a lo largo de la historia que en absoluto parece increíble, sorprendiéndonos en más de una ocasión con inquietudes y miedos por los que no habríamos apostado.

Aunque sin duda, gran parte del mérito que tiene la realización de estos personajes, estriba en los actores, que, salvo Kevin Spacey y Annette Bening, no son muy conocidos, pero están geniales; desde el vecino militar, hasta el rey del inmueble, todos calcan sus papeles y contribuyen al grado de profundidad de los mismos, hasta el punto que te preguntas "dentro de los secundarios...¿cuál es más importante que cual?" porque como ya hemos dicho, cada persona en este film lleva su sambenito a cuestas.

Ahora, y rememorando lo que hicimos en cierta ocasión, hacemos un punto y aparte en Kevin Spacey.



¡Qué tío más grande! ¿Verdad que parece un tipo de lo más corriente? Pues es un actorazo de los pies a la cabeza, y en American Beauty lo demuestra (huelga decir que se llevó el Óscar a mejor actor).
Sin duda Kevin (y yo que este nombre siempre lo he asociado a un niño) lleva el peso de la película, ya no solo porque su personaje, Lester, sea el leitmotiv de la película, sino porque llena cada escena, sus ocurrentes frases hacen las delicias de los videntes, y pone unas caras que transmiten apatía, ilusión, tranquilidad o paz interior según le convienen (genial la escena en la que se está masturbando en la cama por ejemplo, y sí, podría haber elegido un momento menos soez).

En resumen, nos encontramos con una cinta con la que vemos que la vida no es de rosas (¿tal vez por esta expresión será por lo que hay tantas a lo largo de la peli?) genialmente filmada por el gran Mendes (que se dio a conocer con American Beauty, y que mas tarde continuaría escribiendo páginas en la historia del cine con Camino a la perdición), y mejor interpretada por los actores encabezados por el hombrecillo de New Jersey). 
Me despido con una parodia que hizo Padre de Familia a la escena de la grabación de la bolsa, donde tratan de bajar al dire de sus metáforas, a un mundo más terrenal. Gracias por el rato dedicado, y ¡hasta la semana que viene!




No hay comentarios: